Manejar un negocio no es algo que deba ser complicado, pero sabemos que nadie nace con un manual sobre cómo manejar o administrar negocios. No necesitas ser un economista o tener estudios en administración de empresas para ser capaz de manejar tu propio negocio, y para ayudarte, el día de hoy te daremos algunos consejos para que ese sueño que tienes sea todo un éxito.
Ya hemos hablado sobre la creación de una empresa en entradas anteriores, pero no hemos profundizado cómo es el proceso luego de la creación de la misma.
Para empezar, ¿cómo se administra una empresa? la respuesta corta es ocupándose de los aspectos administrativos, financieros y contables. Pero hay mucho más allá de esa respuesta, ya que, aunque a su manera abarque todo lo que necesitas saber, no está tan claro como pensamos.
Primer paso: Definiendo las bases de la administración.
Para resumirlo en pocas palabras, una buena administración consta de 4 bases: Organización, planeación, dirección y control.
Así es, lo primero para administrar correctamente tu negocio, es ser organizado, mantenerte al tanto de tu stock, horarios, personal, y comunicarte con ellos, son la base de una buena administración.
La planeación la podemos resumir en definir los objetivos del negocio y estipular los pasos que se deben seguir para alcanzarlos. Nunca debemos perder de vista el futuro al que queremos llegar, y para ello, debemos mantener la planificación.
Ligado a este punto se encuentra la dirección. Liderar a tu equipo es muy importante para que puedas llegar a cumplir los objetivos que ya nos hemos propuestas, delegar las tareas correctas y mantener la mente abierta a las sugerencias de tu equipo de trabajo.
Finalmente, tenemos el control. Para manejar un negocio apropiadamente debemos mantener el control de cada situación que se pueda dar en nuestro negocio, y controlar todas las acciones que se puedan estar realizando.
Segundo paso: Definir tu modelo de negocios.
Podemos definir un modelo de negocios como “la forma en la que un negocio hace dinero”, por esto mismo es necesario que sepamos cuánta será nuestra ganancia y cuánto es el gasto que tenemos. Es decir, líneas de gasto y líneas de ingreso.
Podemos definir tres aspectos claves del modelo de negocios: Rentabilidad, escalabilidad y repetibilidad. Con esto nos referimos a lo siguiente. Cuando hablamos de rentabilidad, hablamos de que nuestro negocio pueda generar ingresos, puesto que nadie hace un enorme esfuerzo por levantar algo que no tendrá ganancias. Cuando hablamos de escalabilidad nos referimos a la expansión, y que nos permita tener un modelo que conquiste el mercado. Y finalmente al hablar de repetibilidad, nos referimos a hacerlo replicable, como por ejemplo los productos de franquicia.
Algo importante a la hora de manejar nuestro negocio, es que no podemos dar pie a la improvisación cotidiana. Nuestro negocio debe ser organizado, contar con un plan preparado y estrategias claras que nos permitan llegar a nuestra meta en un tiempo determinado.
Tercero: Evalúa el rendimiento de tu negocio.
Es bueno realizar constantes evaluaciones al rendimiento general de tu negocio, solo así podrás determinar si se están cumpliendo las metas y objetivos que te has propuesto al iniciar este proyecto.
Las estrategias de planificación y calidad te permitirán determinar si tu negocio tiene competitividad en el mercado al que estás apuntando, así como su posicionamiento. Todo esto te permitirá tener una visión mucho más clara de la gestión empresarial que se ha desempeñado.
Siempre podemos contar con recursos que nos faciliten este tipo de trabajo, que a su manera, puede resultar un poco tedioso.
Recursos digitales, plataformas de facturación, y módulos especializados para el respaldo de nuestra información que nos permitirán conocer el rendimiento y crecimiento de nuestro negocio de manera mucho más sencilla y rápida.
Cuarto: Mantén control de tu inventario.
Si tu negocio es una tienda, será fundamental que te mantengas atento a tu inventario. Debes tener muy claro que es importante evitar el desabastecimiento.
Siempre puedes ayudarte de plataformas como Lioren, o de planillas de Excel que te permitan saber la cantidad de productos con los que cuenta tu tienda.
Quinto: Lleva control de las ventas.
Puede sonar como algo muy obvio, pero puedes creerme que no lo es. Muchos negocios pequeños mantienen las ventas organizadas escribiendolas en cuadernos o plantillas de excel, lo que te permite tener siempre un registro de cuánto es lo que se vendió durante el día. Así mismo, puedes llevar el conteo de lo recaudado en caja y el monto con el que inició el día. Las ganancias realizadas durante el día son sumamente importantes y te permitirán ver de forma transparente el crecimiento de tu negocio.
Es recomendable que esto se haga de forma mensual y diaria. Es decir, registrar las ganancias diarias y revisarlas adecuadamente a final de mes, de esta forma podrás revisar los productos más vendidos, los que sean necesario reponer, y los productos que puedes obviar o comprar en menor cantidad para tu siguiente mes, permitiendote ahorrar un poco y mejorar el rendimiento de tu negocio.
Factores a tomar en cuenta para manejar un negocio exitoso.
Como hemos mencionado anteriormente, manejar un negocio no es sencillo, muchas personas carecen de aptitudes para hacerlo de manera exitosa y ser capaces de sacar a flote sus proyectos, especialmente estando solos. Por eso hay ciertas cosas que es bueno tener en cuenta para poder facilitarnos un poco el trabajo, ser capaces de levantarnos y ser mucho más asertivos con algunas cualidades que debemos adquirir para tener el éxito que queremos.
El liderazgo: Es probablemente una de las cualidades más importantes y también una que no es tan sencilla de obtener como nos gustaría pensar. Cuando uno piensa en ser jefe de grupo o algo similar, tendemos a asustarnos un poco. Es una gran responsabilidad, y nos ponemos a pensar en si lo podremos lograr o no. A veces debemos detenernos, respirar profundo, y ser capaces de sacar nuestra personalidad para ayudarnos y a nuestro negocio. John Maxwell, conocido como el padre del liderazgo, habla sobre que “el liderazgo es influencia”, por este mismo motivo debemos demostrar interés, respeto y empatía por nuestro equipo de trabajo, ser capaces de infundirles confianza y ser un ejemplo, ofrecer la ayuda que necesitaran, y ser capaces de guiarlos.
La satisfacción de nuestro cliente: Como hemos mencionado en otras entradas, es importante saber cuál es nuestro público objetivo, y ser capaces de dirigir nuestro negocio al interés de ese grupo específico. Una parte de administrar un negocio es poder darle al cliente lo que quiere y lo que necesita, y por supuesto, hacerlo con la actitud necesaria para complacerlo y convencerle de volver a nosotros. Si somos creadores de un producto, debemos adaptar nuestro producto a las necesidades del cliente, como es en el caso de la tecnología, y si somos proveedores, debemos estar al pendiente de tener lo que nuestro cliente necesita. Dar una buena atención, una sonrisa, y permitirles que se sientan totalmente cómodos en nuestra tienda.
No cerrarse a lo nuevo: El mercado cambia, los clientes cambian, y a veces cerrarnos a un solo tipo de producto o a un solo servicio, puede perjudicar el avance de nuestro negocio. Si tenemos, por ejemplo, una tienda de ropa, no podemos traer siempre el mismo tipo de ropa. La moda avanza, y pronto nuestros clientes empezaran a preguntar por la nueva tendencia en pantalones, o nuevos colores de camisetas. Es importante que exploremos el mercado, muchas veces a la misma competencia, para poder mantener abierta la posibilidad de cambios que beneficiaran a nuestro negocio dentro de su rubro.
Como puedes ver, parte de manejar un negocio es estar abierto a las posibilidades, ser responsable y organizado, y estar atento en todo momento. Sabemos que es un camino difícil, pero hay muchas herramientas que pueden facilitar tu trabajo, de las cuáles hablaremos en una próxima entrada.
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